Claudio Seebach, presidente ejecutivo de Generadoras de Chile: “Creemos necesario reevaluar esta decisión de mantener una reserva hídrica”
El dirigente destaca que el despacho del proyecto de estabilización de las cuentas de la luz despeja la agenda y espera que pronto se trate el de almacenamiento.
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La situación de estrechez energética y el fin del fondo de estabilización para la estabilización de las tarifas eléctricas, fueron delineados por la industria de generación como los dos grandes desafíos. En el primer tema, el presidente ejecutivo de Generadoras de Chile, Claudio Seebach, destaca que vieron reacciones rápidas en el equipo del ministro de Energía, Claudio Huepe, con la constitución de la reserva hídrica y la postergación del retiro de Bocamina II.
Teniendo en cuenta el mejor escenario del sistema, sumando las últimas precipitaciones, cree que ahora es necesario “revisitar esta decisión de mantener una reserva hídrica porque claramente podríamos tener una situación al revés, que termináramos con incluso riesgos de vertimiento de energía hidráulica si es que no hacemos esto”. Esto, considerando que la reserva hídrica no se puede usar a menos que sean en situaciones de emergencia o hasta que no se acabe el decreto de racionamiento.
“Hemos puesto el retiro del carbón como una posibilidad real y las propias empresas lo han ido anticipando, pero hay condiciones habilitantes que son exógenas a nosotros”.
El otro desafío se despejó el miércoles cuando -en medio de una discusión que a ratos parecía quebrarse- se despachó desde el Congreso el proyecto de estabilización cuyo objetivo principal era evitar alzas en las cuentas de hasta un 45% para el 90% de la población.
“El haber dilatado la discusión legislativa tenía un impacto en las empresas, en sus flujos de caja, en la posibilidad de decretar las tarifas pronto para financiarse e incluso poder financiar el fondo anterior que era bastante urgente. Lo bueno es que ya está cerrado. Esto nos permite despejar la agenda”, dice.
- ¿Cómo este proyecto de estabilización promete evitar los impactos provocados por el anterior?
- El mecanismo anterior generó un impacto en la industria muy importante. Se quebró un principio: que los costos de la política pública fueran transferidos al sector privado. Este proyecto tiene elementos muy valiosos como evitar un alza, un criterio de focalización, permite que no se interrumpa la cadena de pagos y las empresas puedan seguir yendo al sistema financiero para solicitar los recursos para sostener las inversiones renovables que tenemos. Es un proyecto que concilia el hecho de evitar el alza de tarifa con dar esta certeza de inversiones.
- ¿Los aportes son suficientes, teniendo en cuenta el complejo escenario económico?
- La pregunta es difícil de responder, porque las condiciones macroeconómicas escapan con creces de la política energética. En el fondo, acá estamos hablando de variables exógenas y de proyección. Con los escenarios nuevos, al menos podemos responder la pregunta dentro de los ámbitos de lo que podemos controlar, y en eso el diseño es robusto y capaz de hacer esto e incorpora la dimensión del aporte fiscal. El proyecto también es mucho más robusto en poder enfrentar potenciales cambios de parámetros futuros en esto.
- ¿Qué vendría en la agenda energética a nivel legislativo una vez superada dicha discusión?
- Si como país acabamos de aprobar una ley marco de cambio climático que fija una hoja de ruta, tenemos que ver cómo abordamos las condiciones habilitantes. Visualizamos que uno de los grandes desafíos del trabajo público-privado es abordar la permisología para sostener este ritmo de inversión.
Desde el punto de vista legislativo, en el corto plazo vemos algunos proyectos de ley como el de almacenamiento que debiéramos sacar rápido. Después, la gestión eficiente y contar con transmisión oportuna y gestión y operación de la red robusta para aprovechar en el corto plazo la generación que estamos vertiendo. Y, finalmente, ver cómo hacemos que la electricidad sea un energético confiable y el hidrógeno verde que será necesario para consumos no electrificables.
- ¿La situación local e internacional pone en aprietos las metas de Chile en descarbonización?
- El hecho que hayan aumentado los costos de operación, que las cadenas de suministro de los productos para la inversión de renovables hayan sufrido atrasos y la incertidumbre que le agregó la guerra de Rusia a Ucrania, son elementos que complejizan la situación de corto plazo, pero tenemos elementos que nos juegan a favor. Tenemos una robustez institucional y un atractivo de inversión en energías renovables que es parte como de los principios fundamentales de Chile. Por ejemplo, nuestra apertura a la inversión extranjera.Estos principios nos van a ayudar a pasar este shock de corto plazo. La generación eléctrica, la electrificación y las energías renovables, son en el mediano y largo plazo una gran oportunidad.
- El gobierno está trabajando para seguir adelantando el retiro del carbón. ¿Ve que hay espacio?
- Las condiciones no vienen dadas por la generación, pero la industria de generación está acelerando y disponible para el retiro, porque desde el punto de vista económico no solo ambiental, también es una buena razón ir retirando. Pero las condiciones habilitantes del sistema van a venir dadas por otras restricciones: transmisión, reemplazar la suficiente energía de carbón que hay por nueva energía renovable y en la capacidad de almacenar esa energía ante la variabilidad solar y eólica. Somos nosotros como industria los que hemos ido acelerando esta agenda y que otros apuren la suya.
Tenemos una misión de carbono neutralidad que nos implica alinear al Estado con el sector privado y la sociedad civil. El retiro del carbón irá ocurriendo como transición en cuanto las condiciones se vayan cumpliendo.
- ¿Pero es posible que se puedan adelantar las fechas?
- Hemos sido proactivos. ¿Vemos una oportunidad? Sí, la estamos desarrollando sí, y depende mucho de los factores. Hemos puesto el retiro del carbón como una posibilidad real y las propias empresas lo han ido anticipando, pero estas otras condiciones habilitantes son exógenas a nosotros. Así y todo, nuestra industria de generación es el principal sector que está liderando la transición energética.